Camino de Córdoba
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Etapa: Alcaracejos Villanueva del Rey Fuente La Lancha e Hinojosa del Duque
Saliendo del albergue de la localidad en dirección norte seguimos por la carretera de Córdoba hasta el cruce con el camino de Pozoblanco, que va abandonando el núcleo urbano, con muros de piedra en los laterales hasta que llegaremos a una cruz de piedra que dejamos la izquierda.
Seguimos por la derecha 600 metros y dejamos a la derecha un transformador eléctrico.
Recorremos terrenos sembrados de pasto y explotaciones ganaderas alcanzando Villanueva del Duque por la Cruz de la Fuente Vieja y llegaremos a una plaza donde esta de la preciosa iglesia de San Mateo del siglo XV.
En esta localidad debemos mencionar que junto a su biblioteca publica de reciente construcción existe un museo de una pequeña almazara muy interesante. También en las afueras de esta localidad cruzando hacia el norte la carretera A-422, sobre la Carretera provincial CO-7407 llegamos a la Ermita grande de la Virgen de Guía que cuenta con una gran devoción compartida en esta comarca.
Al sur del núcleo, tomando la calle de San Gregorio, llegamos a la ermita de del mismo nombre. Si continuamos llegamos al complejo minero abandonado de El Soldado. Muy importante a principios del Siglo XX. Contaba con un núcleo de población constante y como imagen de su prosperidad se mantiene la estación ferroviaria recientemente restaurada. Este desplazamiento de 3.1 km desde la etapa del camino es perfectamente asumible en bicicleta y no es muy tedioso a pie.
Siguiendo por la calle Sol llegamos a la plaza del Ayuntamiento y por la calle Camino de Santiago, se sale de la localidad por el Calvario, lugar donde se halla un pedestal similar al que vimos en la entrada, el cual dejaremos a nuestra izquierda.
Cruzando la carretera A-430, continuamos de frente, acompañando al arroyo Lanchar que luego debemos vadear. Si este arroyo plantea dudas para su vadeo, seguimos por la A422, tomando a la derecha el cruce anterior y en 2km estaremos en Fuente La Lancha.
Tanto por la carretera como por la pista entraremos en la localidad dejando a la derecha el Olivo del Calvario y por la calle Virgen de Guía llegamos a la plaza del ayuntamiento y de la Iglesia de Santa Catalina.
Al salir del núcleo nos encontraremos con la carretera A-422 en la que andaremos por la izquierda hasta un cruce a la derecha con una escombrera. Continuamos por el camino señalizado hasta un cruce que tomaremos a la izquierda, camino que paralelo a la carretera nos lleva hasta el Río Guadamatilla, que como acabamos de sufrir por los temporales de lluvia, pùede que no sea posible vadear a pesar de las pasarelas. Debemos tomar la Carretera y en el siguiente cruce reincorporamos al camino que en apenas 6 km nos deja en un área recreativa con una pequeña ermita a la Virgen de Guía.
En este trayecto debemos recordar, pues hay varios rebaños custodiados por ellos, que los mastines no son animales domésticos y tiene un cometido de protección serio.
Volvemos a la carretera que abandonaremos antes de llegar al Polígono Industrial La Dehesa en un cruce a la izquierda. Entraremos por la pista de san Bartolomé y dejaremos a la derecha la Fuente del Pilar de los Llanos de la Cañada Real Soriana.
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y CULTURAL DE HINOJOSA DEL DUQUE
Entre sus edificios destacan la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVI, llamada popularmente la Catedral de la Sierra, el Convento de las Madres Concepcionistas, la iglesia de Ntra. Sra. Del castillo, con su magnífico camarín barroco y la ermita de Santa Ana, primera parroquia de la villa y la más antigua de las ermitas de la Mesta.
Como monumento civil sobresale la majestuosa Fuente del Pilar de los Llanos, que recibe al peregrino a la entrada del pueblo, evidenciando la importancia pecuaria de esta localidad enclavada en la Cañada Real Soriana, que contó con una de las ferias ganaderas más importantes del país.
IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA
Considerada Monumento Nacional desde febrero de 1981, en ella fueron dejando su huella la mayor parte de la saga de los HERNÁN RUIZ, arquitectos cordobeses que marcan la evolución del gótico al renacimiento.
Comenzada su construcción en estilo gótico a finales del siglo XV, se prolongó la obra durante todo el siglo XVI con importantes realizaciones ya de estilo renacentista, como la espléndida portada principal que da a la plaza (fachada sur). El material constructivo es la piedra de granito, formando
su disposición con el llagueado blanco de la cal, una de las características propias de la arquitectura tradicional del norte de la provincia de Córdoba. En distintas fases constructivas participaron sucesivamente los arquitectos Hernán Ruiz el Viejo (1530-1547), quedando la obra paralizada a su muerte y continuada años más tarde por su hijo Hernán Ruiz el Mozo (1559-1568), autor de la Giralda en la catedral sevillana, que culmina la obra comenzada por su padre, ennoblece la fachada sur y crea la magnífica capilla del baptisterio y Juan de Ochoa (1588-1590), que realizó el campanario de la Iglesia
Desde el siglo XV la Villa de Hinojosa pasó a depender de los señores de Belalcázar que, bajo su protección y mecenazgo embellecieron la iglesia gótica con los nuevos aires renacentistas, convirtiendo el edificio en una muestra de extraordinaria singularidad y prototipo de la arquitectura religiosa del norte de la provincia de Córdoba, lo que le ha valido el sobrenombre de Catedral de la Sierra. Desde mediados del siglo XVI se halla agregada perpetuamente a la Iglesia de San Juan de Letrán en Roma, “gozando los que la visitan de los mismos privilegios, indulgencias y prerrogativas”.
ERMITA DE LA VIRGEN DEL CASTILLO
No hay certeza sobre su origen, planteándose por algunos autores la hipótesis de que en su lugar existiese un castillo y que, al ser demolido, se conservase la imagen de una virgen, dando lugar a dicha advocación (Ramírez de las Casas Dez. 1840). El P. Juan Ruiz Ramos, en su “Historia de la Villa de Hinojosa. 1922” sostiene que en el lugar de la ermita actual debió alzarse una torre o castillo. La actual ermita debió construirse en la segunda mitad del siglo XV.
Albergó durante algunos años, desde 1501, un beaterio o pequeño convento de monjas con la advocación de “Madre de Dios de arriba” para distinguirlo del de “Madre de Dios de abajo”, en la actual plaza del Duque de Béjar, con el que acabaría fusionándose en el monasterio actual de las
Concepcionistas Franciscanas, creación de la casa condal de Belalcázar. En su construcción se aprecian claramente los elementos renacentistas del XV - XVI (portada y cuerpo de iglesia), barrocos (presbiterio y camarín s. XVII). Su portada exhibe en los flancos las armas de los Condes de Belalcázar (a la izquierda), junto con el blasón de los Fernández de Córdoba (derecha). Consta de una sola nave con bóveda de cañón y lunetos sobre pilastras toscanas. Posee un hermoso camarín barroco, casi rococó, del siglo XVIII, único en la zona norte de la provincia. Está decorado con yeserías policromadas y una espléndida azulejería sevillana bien conservada que ocupa todo el zócalo y la solería. El centro del camarín, sobre la imagen de la Virgen, se cierra con una cúpula con linterna, apoyada sobre pechinas. Según reza uno de los azulejos, se concluyó en 1742.
MONASTERIO DE LA PURISIMA CONCEPCIÓN (MM. Concepcionistas Franciscanas)
Fundación realizada en 1543 por Fr. Luis de la Cruz, IV conde de Belalcázar que, tras abandonarla carrera militar, tomó el hábito franciscano de la Provincia de los Ángeles (Hornachuelos).
En 1573, el papa Gregorio XIII concedió la unificación de los dos conventos de monjas existentes en la localidad: el de la Madre de Dios de arriba (en la ermita de la Virgen del Castillo) y el de la Madre de Dios de abajo, situado en el lugar del actual monasterio de las concepcionistas. Al fusionarse se pusieron bajo la obediencia de los Superiores Franciscano de la Provincia de los Ángeles.
El convento actual inicia su construcción a finales del s. XVI, consagrándose su iglesia en 1693. El interior del templo consta de una sola nave, muy amplia y de gran altura, cubierta con bóveda de cañón con lunetos. Los arcos fajones que delimitan los distintos cuerpos se apoyan sobre pilastras
de granito. El presbiterio se cubre con cúpula sobre pechinas. Al exterior destacan potentes contrafuertes, unidos por arcos de ladrillo. Posee doble puerta de acceso, siendo la más cercana a la cabecera la que destaca, con una clara composición renacentista, presentando pedestales sobre los
que descansan columnas que sostienen el entablamento con los escudos de Zúñiga y Sotomayor. Se remata con un frontón triangular partido.
Tras las últimas intervenciones de comienzos del siglo XXI ha desaparecido la estética barroca que unificaba estilísticamente el interior del templo. En 2009 se acometió una importante reforma del presbiterio, colocándose un monumental retablo exento de granito, a modo de portada
románica de líneas limpias y estilizadas, con la imagen colosal de la Virgen en una vidriera en estilo ecléctico neobizantino y cubista.
ERMITA DE SANTA ANA
Tiene consideración de Monumento Histórico Artístico. Constituye una muestra ejemplar de las llamadas ermitas serranas de la Mesta, que tras la conquista de Córdoba, surgen por toda la geografía de Los Pedroches al cobijo de las Cañadas Reales que, desde Castilla, surcaban Andalucía
y Extremadura. Su modelo constructivo muy sencillo, de traza gótica, se difunde por todo el norte de provincia desde finales del s. XIII hasta el s. XVI marcando el paso de las vías pecuarias.
Tradicionalmente se le considera la primera parroquia de la villa y la más antigua de las ermitas de la Mesta repartidas por el término de Hinojosa. Probablemente se construyera con las donaciones de los propios pastores que hasta aquí llegaban. De planta rectangular, posee una única nave con cubierta de madera a dos aguas apoyada en cinco arcos apuntados. El presbiterio se eleva del suelo de la nave mediante dos sencillos peldaños.
Al exterior destacan gruesos contrafuertes en los que descansa el empuje de los 5 arcos de diafragma interiores. Los contrafuertes se encuentran unidos mediante arcos, a la manera de soportales.
Un sencillo alarde decorativo se halla en la puerta principal, a los pies del templo, formada por un arco carpanel (arco rebajado) con molduras enmarcado con alfiz (resonancia mudéjar) rematado por pequeñas ménsulas y cruz de relieve. Una espadaña de ladrillo corona el conjunto de la
portada.
FUENTE DEL PILAR DE LOS LLANOS
Construido extramuros de la villa en 1570-71, formando parte del descansadero de ganado del cordel de la Cañada Real Soriana. De estilo plateresco, fue durante siglos abrevadero de rebaños de ganado. Refiere el historiador del siglo XIX Ramírez de las Casas Deza que está “en el camino que sale para Córdoba, de agua dulce y delgada y tiene dos caños y dos grandes pilares de piedra de grano”. Junto a la fuente, en el prado que lleva su nombre, se celebraba todos los años el gran Rodeo de Ganado de la Feria de San Agustín, uno de los más importantes de todo el reino.
PAISAJE, GASTRONOMÍA Y FIESTAS:
La extensa dehesa de los Pedroches, la más densa de toda Europa, comarca de la que Hinojosa forma parte, constituye un auténtico paraíso del cerdo ibérico, que comparte el encinar con las ovejas merinas, cuya lana ha sido, desde la Edad Media, la más apreciada por la industria textil. La encina es la protagonista indiscutible del paisaje, desplegando “una belleza serena”. La dehesa, espacio natural creado por el hombre, es “uno de los mayores exponentes de sostenibilidad y equilibrio entre lo natural y lo humano”. Otro de los elementos patrimoniales que definen el paisaje de Los Pedroches son sus paredes de piedra seca, cercas construidas tradicionalmente sin argamasa y con bloques irregulares, cuya función era la de servir de límite a las propiedades e impedir el paso libre del ganado.
Hinojosa forma parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), afectando a más de 24.000 hectáreas entre Hinojosa y Belalcázar, siendo la grulla una de las especies más características de este territorio durante los meses de invierno.
Desde el punto de vista culinario, Hinojosa del Duque puede presumir de una rica y variada gastronomía caracterizada por la abundancia de sus elementos y elaboración, casi siempre en relación directa con el calendario litúrgico-festivo, destacando, en este sentido, la Olla de Carnaval, el Lechón frito y la Sopa Dorada. De su rica cabaña ganadera se obtienen productos del cerdo ibérico: jamones, embutidos, lomo de orza, chorizo y morcilla, auténticos manjares para el paladar.
Del ganado ovino destacan platos como la Caldereta de Cordero, comida de los antiguos pastores, esencia viva de una larga historia y tradición culinaria.
La marcada relación con las fiestas a lo largo del año también tiene su reflejo en postres y repostería: hornazo de fideos, perrunas, hojuelas y roscos.
El Rin Ran, el potaje, el ajoblanco, el pisto o la liebre con arroz destacan en la esencia culinaria de este pueblo.
La amplia variedad de acontecimientos festivos constituye un referente en la identidad cultural de este pueblo. A lo largo de todo el año se suceden manifestaciones que recogen, en la mayoría de los casos, tradiciones seculares nacidas de la fe y las creencias del pueblo. Verbenas de San Antón, la Candelaria, San Blas, San Sebastián y San Bartolomé; las Cruces de Mayo; Romerías de La Virgen de la Antigua, patrona del pueblo y de la Virgen de Guía, en primavera. Culminan las fiestas religiosas las dedicadas a la Virgen del Carmen y La Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
La feria de San Agustín, que desde el siglo XIX se viene celebrando a finales de agosto, tiempo elegido entre cosechas por los agricultores y ganaderos.
Cabe destacar la representación teatral de la obra “La Vaquera de la Finojosa”, verdadera muestra de teatro popular, que desde hace varias décadas se viene celebrando cada tres años durante los primeros días de agosto. Ha sido declarada en 2024 como fiesta de interés turístico de Andalucía.
Agradecemos a Isidro Rodríguez la elaboración de esta completa reseña.
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