Alboloduy - Abla

La etapa Alboloduy-Abla es una de las más exigentes y al mismo tiempo una de las más espectaculares del Camino Mozárabe en la provincia de Almería. Con una distancia aproximada de 28 kilómetros, este tramo lleva a los peregrinos a través de paisajes montañosos, desafiantes y de una belleza natural imponente, ofreciendo una experiencia que combina el esfuerzo físico con la recompensa de vistas inolvidables.

Desde Alboloduy, el camino comienza a ascender progresivamente, adentrándose entre la Sierra de los Filabres y el parque Natural de Sierra Nevada, una de las cadenas montañosas más importantes de la región. Este tramo es conocido por sus paisajes agrestes y su sensación de aislamiento, donde los peregrinos pueden disfrutar de una paz y tranquilidad casi absoluta, lejos de cualquier núcleo urbano. A lo largo del recorrido, se atraviesan barrancos, caminos de tierra y senderos que serpentean entre colinas y montañas, con panorámicas que se extienden hasta donde alcanza la vista.

Una de las particularidades de esta etapa es la transición de los paisajes áridos y semi-desérticos de las estribaciones de la sierra a las tierras más verdes y fértiles que se encuentran al acercarse a Abla, donde la influencia de la Alpujarra empieza a hacerse visible. Esta mezcla de entornos hace que la etapa sea visualmente diversa y enriquecedora, ofreciendo a los peregrinos una muestra representativa de la geografía almeriense. 6 kilometros antes del final de etapa , los peregrinos pueden alojarse en el albergue municipal la Escuela de Ocaña, un lugar con encanto y tranquilidad que invitan al descanso

A pesar de su dureza, la llegada a Abla, un encantador pueblo con profundas raíces históricas y culturales, recompensa todo el esfuerzo realizado. Abla es conocida por sus tradiciones y su patrimonio, con vestigios romanos y una iglesia mudéjar que destaca en su casco antiguo. Aquí, los peregrinos pueden descansar, disfrutar de la hospitalidad local y del albergue municipal Wolf y reflexionar sobre la jornada en un entorno que invita a la calma y la introspección.

La etapa Alboloduy-Abla es, sin duda, una de las más desafiantes del Camino Mozárabe, pero también una de las más gratificantes, dejando a los peregrinos con una profunda sensación de logro y una conexión renovada con la naturaleza y la historia de esta región.